No ha sido un pregón al uso. Quizá no ha sido siquiera un pregón. Ha sido una confesión con el alma abierta, una declaración de humanidad, de esperanza y de fe, la que ha hecho esta tarde-noche Asun Codesal a los pies de Nuestra Madre de las Angustias, la Virgen a la que acompaña cada Viernes Santo y que le acompaña en cada instante de su vida.

Desde una profunda vivencia de la fe y desde su personal experiencia como creyente, como cofrade, como madre y como mujer, Asun Codesal ha vertebrado su pregón sobre los episodios bíblicos con la figura de María y su propia vida, con una reflexión final en cada capítulo dedicada a Nuestra Madre.

Comenzaba la pregonera su intervención con el Stabat Mater, la oración que cada Viernes Santo entona el Coro Sacro cuando pasa Nuestra Madre por las calles. La más triste descripción de una Madre al pie de la Cruz. Esa Madre que sostiene a su Hijo en el regazo y que sostuvo a la propia Asun en sus días más difíciles, los del último año, cuando fue diagnosticada de una grave enfermedad que ha superado tras un duro proceso.

Arropada por su familia, amigos, su coro Aures Cantibus o sus Águedas de San Lázaro, entre otras, de todos se acordó, a todos agradeció y a todos emocionó con su testimonio sencillo, auténtico, rotundo; también a los que ya no están, a quienes desde su fe profunda agradeció su paso por la vida; también de sus monjitas del Tránsito o del joven seminarista Antonio, que cada día le enviaba un mensaje de ánimo. Especialmente intenso fue el epílogo del pregón, cuando recordó su propia Cruz en una habitación del hospital cuando cantaba el Stabat Mater con su marido, Arcadio, para matar el tiempo, siempre luchando, siempre sin perder la sonrisa, y la envolvía un inmenso círculo de amor. De aquellos días da fe quien esto escribe.

Hoy Asun Codesal no ha pregonado junto a Nuestra Madre. Asun Codesal ha rezado en voz alta, ha dado una inmensa lección de vida y de fe. Sus palabras han sido la más hermosa oración pronunciada jamás en la iglesia de San Vicente, una acción de gracias por la vida de una cofrade a su gran devoción, de una mujer a una Mujer, de una hija a una Madre. Nuestra Madre. (FUENTE ZAMORA NEWS)